Oswaldo Vigas (Valencia, Carabobo, 4 de agosto de 1923 – Caracas, 22 de abril de 2014) fue un pintor y muralista venezolano. Estudió medicina en la Universidad de Los Andes de Mérida y culminó su carrera en la Universidad Central de Venezuela en Caracas. Su trabajo abarcó la pintura, la escultura, el grabado, la cerámica y la tapicería.
Hijo del doctor José de Jesús Vigas y de Nieves Linares, descendiente de Arturo Michelena. Tenía 10 años cuando su padre murió y Vigas vivió entre Valencia y Tinaquillo.
En 1941, se mudó a Guacara, donde hizo sus primeras pinturas. Su primer trabajo importante conocido es la ilustración del Libro de Poesía (1941) en el Ateneo de Valencia. En 1943, se le otorgó la Medalla de Honor por su obra Hojas Rojas realizando la muestra que lo da a conocer. En 1945, ingresó a la Universidad de Los Andes – Mérida, para estudiar Medicina. En 1946, presentó ¨Oswaldo Vigas¨ en el Ateneo de Valencia. Su pintura continúa motivada por la figura humana, con una creciente deformación, mayor libertad y engrosamiento del trazo en refuerzo de la expresividad general de la obra. En 1947, participa en el V Salón Arturo Michelena, en el Ateneo de Valencia. En 1949, se traslada a Caracas y culmina sus estudios médicos en la Universidad Central de Venezuela, nunca llegó a ejercer como médico. Frecuentó el Taller Libre de Arte y participó activamente en el movimiento artístico de la época, y visitó periódicamente la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, donde se relacionó con Manuel Cabré, Martín Durban,
Pedro Ángel González, Rafael Ramón González y Rafael Monasterios, entre otros. Además, en el mismo año, obtiene el Primer Premio del Primer Salón de Pintura en el ateneo de Mérida. La figura humana sigue siendo el tema central de su pintura, cada vez más alejada del figurativismo convencional. El trazo se torna más agresivo, comienza a utilizar colores planos, lacerándolos, y descubre la cerámica precolombina. Todo ello marca el preámbulo para “El período de las brujas”.
En 1952, obtiene el Premio Arturo Michelena, en el Ateneo de Valencia y el Premio Nacional de Artes Plásticas, obtiene varios trabajos y sé instala en París. En París tomó el curso de Historia del Arte en la Sorbona. En 1957, regresó a Venezuela y regresó a París. En 1959, como agregado cultural de la Embajada de Venezuela en Francia. En 1962, participó en la Bienal de Venecia en representación del país. Durante ese período, incursiona en el informalismo matérico y realiza una serie de aguafuertes con la técnica del agua de azúcar.
En 1964, regresa a Venezuela y la UC edita una monografía sobre el artista, escrita por el crítico noruego Karl K. Ringström. En ese año, recibió nuevamente el Premio Arturo Michelena con una obra de tendencia informalista, Parameras. Su experiencia informalista enriquece su reencuentro con la figuración y a mediados de los años sesenta retoma las formas esenciales de sus brujas en una serie de “personagrestes”, ejecutada con pinceladas violentas y carga matérica, interrumpida brevemente a finales de la década por un retorno a la abstracción. En 1965, es nombrado director de cultura de la Universidad de Los Andes y junto a Juan Astorga trabaja en la creación del Mamja.34
A partir de 1970, se establece en Caracas y reanuda su trabajo en las series María Lionza y Señoras. En 1971, es nombrado director de la División de Arte del Inciba. A comienzos de 1972, viaja a Estados Unidos y se dedica a desarrollar un conjunto de serigrafías. A su regreso, en este mismo año, renuncia a su cargo en señal de protesta por las censuras que el Estado impuso en el I Salón de Gráficas y Dibujo en el Centro de Bellas Artes de Maracaibo, cuya realización debió ser suspendida. De 1974 a 1975, forma parte de la Comisión Preparatoria y Organizadora del Conac. En 1976, es nombrado miembro de la Junta Asesora del Museo de Bellas Artes de Caracas y de la Galería de Arte Nacional, que empieza a funcionar en mayo de este año bajo la dirección de Manuel Espinoza. En 1978, forma parte del comité organizador del I Encuentro Iberoamericano de Críticos de Arte y Artistas Plásticos. En 1979, la Galería de Arte Nacional realiza una muestra antológica de su obra realizada entre 1943 y 1977.
En 1981, se incorporó al grupo Proposición 20, y exhibe en el Museo de Bellas Artes de Caracas los tapices diseñados por él y ejecutados en los talleres de St. Cyr (Francia). Ya en 1971, había realizado trabajos de este tipo en talleres de Portugal y Francia, los cuales continúa posteriormente con tapices tejidos por artesanos de Toluca (México) y después con un conjunto realizado en España. Paralelamente ejecuta numerosas piezas en cerámica: relieves en placas de refractario y gres, moldes para platos, óxidos a la parafina bajo cubierta, etc. “En las cerámicas de Oswaldo reaparecen no pocos de los seres fantásticos que ocupan todo el espacio de sus pinturas, tapicerías y gráficas, pero ahora reducidas a la dimensión de un talismán” (Pineda, 1981). Supervisa la ejecución de un relieve-mural en gres encomendado por el Ateneo de Caracas y en 1983 realizó guaches y gráficas, inspiradas en Simón Bolívar. En 1985, presentó sus primeras esculturas en bronce, consecuencia de las experiencias en cerámica de inicios de los ochenta. En 1986, trabajó en torno al tema de la crucifixión (a partir de bocetos que se remontaban a los años cincuenta), la paz, la madre, el niño y los pájaros. El espacio en la obra de Vigas comienza a poblarse de signos y formas no figurativas, a partir de planos irregulares que se orientan hacia composiciones geométricas cada vez más lineales pero de un carácter gestual. “Rectángulos y cuadrados están interceptados por barras pronunciadas que recuerdan a Hartung, incluso por el aspecto monocromático de estas composiciones, pues Vigas alcanza la plenitud de este período con telas resueltas sobre la base de blanco y negro, de sugerencia gráfica. Es evidente que sigue habiendo aquí un clima sugerente, una atmósfera degradada que aleja a estas obras de la concepción puramente planística, propia del abstraccionismo geométrico” Carlos Raúl Villanueva le comisionó varios murales en mosaico para la Ciudad Universitaria de Caracas5.6
En 1990, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas organizó una retrospectiva con más de 200 obras entre pinturas, esculturas, tapices, cerámicas, joyas y artesanía. En ocasión de esta muestra, la compañía Lagoven produce para su serie Cuadernos el cortometraje dedicado a la vida y obra del artista, Oswaldo Vigas: renovación en el origen. Este mismo año, es invitado a Montreal (Canadá) y participa en la muestra “Latinartca 63: maestros del arte latinoamericano contemporáneo”. En 1990, se publicó un nuevo libro sobre la obra de Oswaldo Vigas, con textos del crítico francés Gastón Diehl. En 1992, viaja a Mónaco y participa en el XXVI Premio Internacional de Arte Contemporáneo, donde recibe el primer premio con Crucifixión VII. En 1993, en el Palacio de la Moneda de París, organiza la muestra “Vigas desde 1952 hasta 1993”, que reúne alrededor de 137 creaciones entre pinturas, guaches, esculturas, cerámicas y dibujos. En 1995, expone en “Tapicerías de hoy sobre muros de antaño” (Francia y Tokio), un tapiz realizado con ocasión de los Juegos Panamericanos de Caracas (1982). En 1996, la muestra “Oswaldo Vigas: un hombre americano” es presentada en la Casa de las Américas de La Habana con motivo del tercer aniversario de la Casa Simón Bolívar. En 1999, es homenajeado en la séptima edición de FIA. En su última etapa sus pinturas tienden a la simplicidad, con algunos toques de color y grandes zonas de tela sin tocar. De su trabajo, la Galería de Arte Nacional (Caracas) posee en su colección un significativo número de obras datadas entre 1957 y 1987.
Falleció a los 88 años a causa de una neumonía, tras ingresar sin síntomas graves en un hospital de Caracas.7
Su hijo es el cineasta Lorenzo Vigas (Mérida, 1967) se convirtió en el ganador del León de Oro en la LXII Mostra de Venecia 2015 por su ópera prima Desde allá.8 En 2010, fue creada la Fundación Oswaldo Vigas, con el objetivo de conservar y promover la obra del artista.9
1942: Premio a la mejor ilustración, I Salón de Exposición de Poemas Ilustrados, Ateneo de Valencia, Edo. Carabobo
Medidas: 22 X 10.5 Cm
Técnica: Tinta sobre cartulina.
Año: 1967
Medidas: 22 X 10.5 Cm
Técnica: Tinta sobre cartulina.
Año: 1967
Editorial Vigas
Medidas: 27 X 23 Cm
Técnica: Tinta sobre cartulina.
Año: 05 1967
Editorial Vigas
Medidas: 27 X 23 Cm
Técnica: Tinta sobre cartulina.
Año: 05 1967
Editorial Vigas
Medidas: 27 X 23 Cm
Técnica: Tinta sobre cartulina.
Año: 05 1967
Editorial Vigas
Medidas: 27 X 23 Cm
Técnica: Tinta sobre cartulina.
Año: 05 1967
Oswaldo Vigas, Janine Vigas, Carlos Almenar Otero y Alfredo Aponte
_. Al Maestro Oswaldo Vigas se le aclama como pionero del arte latinoamericano; él sintetizó sus raíces latinoamericanas con las corrientes pictóricas más avanzadas de la modernidad.
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En su búsqueda por encontrar su propia voz, en este par de obras del año 1967 que trajeron hermosos recuerdos a su hogar, Vigas firmaría la Crucifixión, 54 años más tarde, para el mes de Junio del año 2013, en compañía del Maestro Carlos Almenar Otero, también entrañable amigo de la familia, su esposa Janine y el llenos de emoción comentaron que para ese momento ella se encontraba embarazada de tres meses del que hoy es la luz de sus ojos, su hijo Lorenzo, en estas obras Vigas experimentó con la pintura figurativa y la abstracta una experiencia única para el arte; su obra está incluida en mi colección privada.
“Oswaldo Vigas es uno de los verdaderos inventores del arte latinoamericano”, dijo el poeta y crítico de arte Jean Clarence Lambert“. El contribuyó a mantener vivas las tendencias culturales naturales de Sur América, que son, como las describiera el propio Vigas, prelógicas, mágicas, mitológicas y anti-racionalistas”.
Al final de su vida lo invadió una insaciable necesidad de dibujar y escribir poesía, una pasión que lo acompañó desde joven. En sus últimos años comenzó una serie de pinturas sobre la Crucifixión inspiradas en dibujos que habían hecho sobre periódicos, invitaciones y programas de conciertos.